lunes, abril 29, 2024

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MotoBoar, la marca que no deja indiferente a ningún motero. Una entrevista con su fundador Paco Naranjo

El desplazamiento con motocicleta ha tenido un amplio crecimiento en los últimos años gracias a sus múltiples beneficios.

La moto en la ciudad es un vehículo de gran ayuda, ya que evita el tráfico, disminuye los tiempos de traslado y mejora la calidad de vida. Además, no tienen problemas de aparcamiento y hacen de los trayectos urbanos una auténtica aventura. Es por ello que, alrededor de este tipo de vehículos, se ha generado toda una cultura que incluye hábitos muy característicos, como la vestimenta y los accesorios de seguridad.

De aquí nace MotoBoar, una tienda de ropa diseñada para moteros, la cual representa toda una filosofía de vida para estas personas. Así lo destaca Paco Naranjo, fundador de la marca y un apasionado de estos vehículos, quien comparte en esta entrevista algunos de sus criterios acerca de los orígenes y la inspiración detrás de MotoBoar, así como su visión sobre la cultura de la motocicleta y su influencia en la sociedad actual.

¿Qué te inspiró para fundar MotoBoar e involucrarte en el mundo de la ropa para moteros?

Profesionalmente vengo de la educación, pero las motos han sido una constante en mi vida desde niño. Mi verdadera pasión. Por mi forma de ser y mi manera de usar la moto, que es a diario y para todo, empecé a tener problemas para vestirme. No podía aparecer ante mis alumnos, para una cita o un evento social vestido como un piloto profesional, y la ropa de calle no me ofrecía nada de protección. Así que un buen día contacté con una fábrica y les pedí ropa a medida, y por primera vez me sentí tal y como quería ir en moto.

En seguida, mis colegas me empezaron a preguntar por la ropa para comprársela ellos, aluciné y llegué a la conclusión de que había que tirarse al barro y arriesgarlo todo por una idea tan loca como MotoBoar.

¿Qué diferencia a MotoBoar de otras tiendas de ropa para moteros?

Principalmente que vamos a nuestra bola. En el sentido de materiales y seguridad técnica no, somos como todas las demás porque no le vamos a decir a un ingeniero cómo proteger el cuerpo del motorista, ellos saben más de eso. Pero la filosofía de vida, los diseños y la forma de ver la moto es mucho más de nicho y de la experiencia propia. No nos importan las tendencias del mercado, sino seguir una filosofía.

También nuestra manera de probar la ropa. Una vez surge una idea fabricamos un único prototipo para mí, y lo pruebo en mis rutas diarias en todo tipo de condiciones y carreteras. En diferentes motos. Calor y frío… todo lo que te vas a encontrar en la vida real. Cada prenda se prueba por cinco mil millas y se busca todo lo que puede fallar desde el punto de vista de la comodidad. No somos una marca de ejecutivos con corbata en el despacho, somos moteros reales.

¿Cuál crees que es el papel de la vestimenta y accesorios de seguridad en la cultura motociclista?

La ropa siempre ha definido el nicho de la moto al que cada uno pertenece. Hay un tipo de ropa para los que van en Harley y otra para gente que ama la velocidad, por ejemplo. Solo con ver cómo va vestido alguien que lleva un casco en la mano, te puedes hacer una idea del tipo de moto que lleva.

Curiosamente nadie pensó en un tipo de ropa que sirviese para la vida cotidiana y que además fuese de moto. Con el tiempo, la ropa también empezó a tener un papel muy relevante en cuanto a la seguridad y en ciertos nichos incluso eclipsó al diseño. Por supuesto, el hábito no hace al monje y esto no es así para todo el mundo y siempre ha existido quien monta en moto, pero no lleva ropa diseñada para eso. A mí siempre me gustó el estilo clásico, el que llamamos Old School, y eso se nota en nuestras colecciones, pero nos gusta mucho sacar las cosas de contexto. Como llevar una camisa de leñador en una moto de enduro.

¿Cuáles son los aspectos más importantes en el momento de diseñar prendas y accesorios para moteros?

Un diseño elegante, cool, diferente… la comodidad y la protección. Esos son los tres pilares esenciales para MotoBoar.

Primero surge una idea, casi siempre algo que existe en el mundo de la moda, pero que quizá no es muy común en la moto. Algo que nos haga sentir bien, vestidos como queremos, porque todos tenemos un armario con prendas muy diferentes y para cada ocasión, pero la mayoría solo usa una chaqueta de moto para todo. Eso no puede ser.

Una vez nos decidimos por el diseño que queremos, lo acoplamos a la estructura básica protectiva de una chaqueta de moto técnica. Y tiene que cumplir lo que esperas de una prenda de moto, porque si no, no es una verdadera prenda de moto.

Después nos partimos la cabeza para darle flexibilidad y aligerar peso, que es lo básico para que la ropa sea cómoda. Un proceso largo y complicado, pero la única forma de conseguir el nivel que busco en la ropa. Si no vale para mí, no la voy a poner a la venta.

¿Qué retos ha representado para ti el posicionar la marca MotoBoar en el mercado?

Principalmente, competir día a día contra marcas gigantes, multinacionales, franquicias, outlets y todo tipo de compañías siendo una pequeña empresa de la Costa del Sol. Pero creo que eso es parte de nuestro éxito también. Mientras las marcas que se pueden permitir esponsorizar a un piloto de MotoGP hacen producciones enormes, nosotros hacemos tiradas exclusivas, muy pequeñas y con mucha alma. Lo que carecemos en tamaño y financiación lo suplimos con ingenio y sobre todo con la pasión de quien va en moto a diario, y al final eso se nota y la gente lo agradece.

Estamos más centrados en ayudar al motero que siente esta filosofía que en organigramas de empresa, rentabilidad y todas esas cosas en las que piensan los demás. Por eso damos un trato personal, hablamos por WhatsApp con nuestros amigos (que ni me gusta llamarles clientes), lo enviamos todo gratis, damos facilidades de pago… no sé, como tratarías a alguien con quien sales a rodar los domingos que vamos alternando quién paga el café.

¿Cómo integras la seguridad y la funcionalidad en el diseño de la ropa y accesorios de MotoBoar?

Por suerte para nosotros y para quien lleve ropa MotoBoar, el apartado técnico está más que estudiado por gente que sabe del tema. Además, hay una legislación muy clara al respecto en Europa, así que usamos eso a nuestro favor, es lo único en lo que seguimos la corriente, compramos protectores antiimpacto homologados y usamos el mismo sistema que cualquier otra prenda, porque con la seguridad no se juega.

El mayor problema vino al querer usar materiales de ropa casual como el algodón o el denim, que es esencialmente algodón también. Pero es lo que queríamos tanto por transpiración como por comodidad, además es mucho mejor para pieles sensibles porque es un material natural. Es muy sencillo hacer algo de cuero porque tiene una resistencia a la abrasión espectacular, pero hacerlo en algodón lo complica todo. Por suerte, hay materiales textiles como la aramida que ofrecen un nivel de seguridad brutal. Para quien no sepa qué es la aramida, solo decir que los chalecos antibalas están fabricados con ese material. Nuestra ropa no para una bala, si usáramos ese grosor en las telas no nos podríamos ni mover, pero sí ofrece la resistencia que necesitamos.

Por último, decirte que no reducimos costes usando materiales de menor calidad. Exigimos que cada prenda esté fabricada con lo mejor que hay en el mercado.

¿Cuáles son las tendencias actuales en ropa para moteros, y cómo se adapta MotoBoar a estas demandas del mercado?

Pues con el auge de la moto trail, que hasta Harley ha tenido que sacar un modelo de esos gigantes, el mundo de la moto está un poco clónico. En el otro lado, está la ropa de siempre para estilos Café Racer o Custom con el resurgir de las motos neoclásicas. En la moto deportiva de Rs o de campo no ha cambiado mucho y está basado en la competición. Nosotros nos hemos posicionado en el centro, siendo eclécticos y desarrollando prendas con lo mejor de cada mundo y que realmente no desentone con ninguna moto y le hemos dado el toque de ropa de diario, aunque no podemos negar el ramalazo customero y café que tenemos, y en eso tengo yo la culpa por mis gustos personales. Pero como ya te he comentado al principio, en realidad vamos mucho a nuestra bola. Cuando un motero de esos que viste de outlet nos dice que no le gusta lo que hacemos, sabemos que lo estamos haciendo bien.

¿Qué impacto consideras que tiene la motocicleta en la calidad de vida en entornos urbanos?

La moto tiene un impacto inmediato en la psicología de quien la lleva. La moto es felicidad sobre todo, una sensación de libertad que solo quien la conoce de verdad entiende. Eso, en un entorno urbano se traduce en agilidad, en saltarte los atascos, en aparcar en la puerta de donde vayas… lo dicho, todo lo que hace que no te cabrees en tu día a día. Pero es que además vas en moto, eres el centro de atención, te sientes muy bien porque siempre te colocas el primero en un semáforo y llevamos una sonrisa debajo del casco.

¿Cómo describirías la filosofía de vida que representa MotoBoar para los amantes de las motos?

Ser libre. Formar parte de un colectivo, no, una familia mejor dicho, una familia a nivel mundial, que vive con un toque de riesgo y mucha camaradería. Aunque seas un lobo solitario, eres parte de eso. ¿Te has fijado que los moteros nos saludamos cuando nos cruzamos en la carretera? Eso lo dice todo. Nunca he visto al conductor de una furgoneta saludar a otro solo porque va en otra furgoneta. MotoBoar no ha inventado nada de eso, solo lo ponemos fácil para que la moto no afecte a tu vida de forma negativa. Puedes ir a una entrevista de trabajo con nuestra ropa y solo sabrán que eres motero si cargas con el casco, así que creo que nuestra filosofía es el Motero 24/7, y eso lo incluye todo.

¿Cuál es tu visión para el futuro de MotoBoar y la moda para moteros en general?

Lo inmediato es seguir produciendo, tenemos muchos diseños que todavía no han visto la luz, y alguno que está siendo testado con el 5K Miles ahora mismo y que creo que no van a dejar indiferente a nadie. Pero sin prisas, a paso seguro. Queremos seguir haciendo nuestro rollo a nuestra manera, que es la de muchos que no encontraban lo que necesitaban ahí fuera y dar ese estilo único que es la firma de la casa. Seguir siendo totalmente independientes y no una marca más. Dar la calidad que un motero auténtico se merece y mejorar con creces lo que ya hemos hecho. Competimos contra nosotros mismos y queremos seguir siendo moteros siempre.

La visión que los lobbys de la ropa tengan para el futuro no nos importa lo más mínimo.

Estos han sido los criterios y nociones de Paco Naranjo sobre la ropa y el estilo de vida motero, así como el papel de su proyecto, MotoBoar, en relación con esta filosofía de vida. Sus palabras han permitido conocer más a fondo la inspiración de esta interesante tienda de ropa, así como la actualidad de la cultura motera y la importancia del equipamiento adecuado en ella. Todo esto refleja su profunda conexión con estos vehículos y la identidad alrededor de ellos, así como su compromiso con la comodidad y seguridad de los moteros a la hora de ir en su motocicleta.

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